Situado en el valle de Toranzo , resurge de sus ruinas el Monasterio de Nuestra Señora del Soto, antiguo convento franciscano y originariamente hospital. Se construyó, bajo el diseño de Juan de Naveda, en el siglo XVII sobre una iglesia de arquitectura gótica, manteniendo una torre del siglo XVI. El origen del convento de San Francisco se remonta a los siglos medievales. Al siglo XIII pertenece la imagen de la patrona, cuya advocación se celebra el 5 de agosto. Hoy en día y recuperando su idea fundacional, sirve como Casa Diocesana de Acogida y Espiritualidad de la Diócesis de Santander.