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Santillana del Mar

CUEVA DE ALTAMIRA

La Cueva de Altamira, situada en Santillana del Mar, es una cavidad natural en la rosa en la que se conserva uno de los ciclos pictóricos y artísticos más importantes de la prehistoria. Forma parte del conjunto Cueva de Altamira y Arte Rupestre Paleolítico de la Cornisa Cantábrica, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Se descubrió en 1868 y desde entonces ha sido excavada y estudiada por los principales prehistoriadores. Ha recibido calificativos como la de “Capilla Sixtina” del arte rupestre. Así mismo, en 1985 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. 

CONJUNTO ARQUITECTÓNICO DE SANTILLANA DEL MAR

Santillana del Mar es una de las localidades de mayor valor histórico-artístico de España. Es conocida como la “villa de las tres mentiras” pues ni es “santa”, ni “llana”, ni tiene “mar”. Entre las joyas más importantes están la Cueva de Altamira, “la capilla sixtina” del arte rupestre en la que se encuentran probablemente las pinturas prehistóricas más famosas del mundo. Destacan también el Monasterio de Santa Juliana, desde el siglo IX que dio paso en el siglo XII a la colegiata de Santa Juliana; las torres de Merino y Don Borja; las casas del Águila y la Parra; el palacio y la torre de Velarde; la casa de Leonor de la Vega, los palacio de Barreda, Tagle y Villa, entre muchos otros. 

COLEGIATA DE SANTA JULIANA

La Colegiata de Santa Juliana, situada en el pleno centro de Santillana del Mar, es la muestra románica más importante de la región, destacando especialmente el claustro. El templo tiene su origen en un monasterio que data del año 870 y, según la tradición, custodiaba las reliquias de Santa Juliana. Se fue transformando en colegiata a lo largo del siglo XI, aunque el edificio actual data del siglo XII. Destaca la decoración escultórica de la portada, de los capiteles y del claustro. En su interior se observan sepulcros medievales y relieves románicos de los siglos XI y XII. El altar mayor dispone de un frontal de plata repujada del siglo XVII, debajo del cual se encuentra otro románico. El retablo es obra de un maestro burgalés, de principios del siglo XVI. Posteriormente se le añadió una predela de finales del gótico y la imagen barroca de Santa Juliana entre dos columnas salomónicas.