Esta cueva, localizada en la ladera noreste del Monte Pando, es popularmente como la de cueva de las ciervas rojas. Se sitúa encima de la cavidad del Mirón, que fue utilizada como lugar de habitación durante, al menos, 45.000 años. Es una cueva de reducidas dimensiones, que cuenta con dos galerías, las cuales comparten una zona de abrigo exterior. Fue descubierta en 1903 por el padre Lorenzo Sierra y Hermilio Alcalde del Río. Se trata de la segunda cavidad con arte paleolítico descubierta en toda la cornisa cantábrica, tras Altamira en 1879. La Cueva de Covalanas fue declarada Patrimonio de la Humanidad en julio de 2008.