La Iglesia de San Vicente es una obra de los siglos XVI y XVII, en la que destaca su grandioso pórtico y su retablo mayor, el cual está decorado con relieves y esculturas, construido por el maestro Martín de Arada en 1658, siendo uno de los edificios más importantes de Cantabria y una de las mejores iglesias renacentistas de la región. Está declarada como Bien de Interés Local. Destaca la Portada Monumental, estructurada a modo de retablo y donde destaca un estilo barroco con recuerdos clasicistas y manieristas.